lunes, 31 de mayo de 2010

Camilo José Cela, Poeta en Nueva York

El poeta llega a la Habana-

Son de negros en Cuba;

Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago,
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.
Cuando la palma quiere ser cigüeña,
iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano,
Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.
Mar de papel y plata de monedas
Iré a Santiago.
¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.
Siempre dije que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.
Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.
El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de cañavera!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.

Me gusta este poema, porque me hace gracia la referencia que hace de Cuba, se refiere a una Cuba con libertad, sin fronteras , también me gusta porque es una Cuba bonita con todas sus cosas buenas , su música,sus mujeres, sus paisajes.Y tiene una proposición en su vida un reto ir a Santiago.

Rafael Alberti, Sobre los Angeles;


Paraíso Perdido;

A través de los siglos
por la nada del mundo,
yo, sin sueño, buscándote.

Tras de mí, imperceptible,
sin rozarme los hombros,
mi ángel muerto, vigía.

¿Adónde el Paraíso,
sombra, tú que has estado?
Pregunta con silencio.

Ciudades sin respuesta, ríos sin habla, cumbres sin ecos, mares mudos.
Nadie lo sabe. Hombres
fijos, de pie, a la orilla
parada de las tumbas,

me ignoran. Aves tristes,
cantos petrificados
en éxtasis el rumbo,

ciegas. No saben nada.
Sin sol, vientos antiguos,
inertes, en las leguas

por, andar, levantándose
calcinados, cayéndose
de espaldas, poco dicen.

Diluidos, sin forma
la verdad que en sí ocultan,
huyen de mí los cielos.

Ya en el fin de la Tierra,
sobre el último filo,
resbalando los ojos,

muerta en mí la esperanza,
ese pórtico verde
busco en las negras simas.

¡Oh boquete de sombras!
¡Hervidero del mundo!
¡Qué confusión de siglos!

¡Atrás, atrás! ¡Qué espanto
de tinieblas sin voces!
¡Qué perdida mi alma!

− Ángel muerto, despierta. ¿Dónde estás? Ilumina con tu rayo el retorno. Silencio. Más silencio.
Inmóviles los pulsos
del sinfín de la noche.

¡Paraíso perdido!
Perdido por buscarte,
yo, sin luz para siempre

Me gusta ya que habla sobre algo que está perdido pero lo busca intensamente, se ve el mundo como se le cae sobre el, como va poco a poco perdiendo la esperanza como su camino se le hace más negro cada vez.

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